La vida diaria del fundador —quien dominó la dificultad para alcanzar “la técnica divina”— consistió en su mayor parte de un entrenamiento diario. Desde el momento en que se levantaba temprano, a las 5 de la mañana, hasta que se retiraba a descansar, a eso de las 9 de la noche, estaba en el dojo la mayor parte del día, tanto física como mentalmente.
En el dojo a veces observaba con atención el entrenamiento de los estudiantes, o reunía a todos y les ofrecía una charla del camino aiki; en ocasiones él enseñaba personalmente a los principiantes. El fundador tenía estudiantes provenientes de todas partes del país. Más aún, debido a que se enorgullecía del número y variedad de sus conocidos provenientes de todos los niveles de la sociedad, se encontraba asediado por los visitantes desde muy temprano por la mañana, y pasaba mucho tiempo recibiéndolos. Además, no eran pocas las ocasiones en que, por invitación, viajaba para enseñar o dar una conferencia. Sin embargo, aún en dichas oportunidades, su mente estaba siempre en el dojo y parecía absorto en pensar acerca de algún nuevo método de entrenamiento. Era como si de esta forma se disciplinara a sí mismo bajo la creencia de que la pérdida de un día de entrenamiento era un paso hacia atrás.
En el dojo a veces observaba con atención el entrenamiento de los estudiantes, o reunía a todos y les ofrecía una charla del camino aiki; en ocasiones él enseñaba personalmente a los principiantes. El fundador tenía estudiantes provenientes de todas partes del país. Más aún, debido a que se enorgullecía del número y variedad de sus conocidos provenientes de todos los niveles de la sociedad, se encontraba asediado por los visitantes desde muy temprano por la mañana, y pasaba mucho tiempo recibiéndolos. Además, no eran pocas las ocasiones en que, por invitación, viajaba para enseñar o dar una conferencia. Sin embargo, aún en dichas oportunidades, su mente estaba siempre en el dojo y parecía absorto en pensar acerca de algún nuevo método de entrenamiento. Era como si de esta forma se disciplinara a sí mismo bajo la creencia de que la pérdida de un día de entrenamiento era un paso hacia atrás.