El Sumo tiene una tradición de más de 2000 años en Japón, y es
considerado como el deporte nacional debido a su tradición. Es una
mezcla de deporte y Arte Marcial con rituales antiguos que reflejan
parte de la historia japonesa y sin ninguna duda no hay deporte o arte
de combate similar en el mundo.
En la antigüedad, los combates de Sumo
se realizaban a muerte, sin prohibiciones técnicas y se lo menciona en
el Kojiki, una publicación del año 712, es el ejemplar más antiguo de
japonés escrito. En el libro, se describe una leyenda en la cual las
islas japonesas fueron conquistadas a través de un combate de Sumo. Se
asociaba al Sumo con la forma de combate que practicaban los Dioses, en
combates reflejados en dibujos antiguos y grabados. Estos fueron los
primeros registros del Sumo, considerado sagrado en la antigüedad.
El
origen del Sumo no se sabe exactamente, se conocen varias leyendas y
existen diversos grabados y pinturas que reflejan la popularidad en
otras épocas. Incluso se sabe que el Sumo formó parte de rituales para
obtener buena fortuna y buenas cosechas. El Sumo siempre fue asociado a
la forma honorable de combatir, sin trampas ni juego sucio, considerando
a sus practicantes como guerreros dignos, seguidores del código de
honor, del Budo. A los luchadores de Sumo se les denomina sumotori, y
eran parte de la clase guerrera de Japón, por lo que ocupaban una
posición de privilegio dentro de la sociedad japonesa. Eran respetados y
admirados, tomados como ejemplo por los demás, debido a su presencia,
conducta y compromiso con sus actividades guerreras. Los sumotoris como
representantes de la clase guerrera eran entrenados desde pequeños,
aprendían las técnicas básicas del Sumo y comenzaban a acondicionar el
físico para desarrollarse al máximo. El primer combate de Sumo
registrado históricamente se celebró en el año 642, entre dos guardias
del palacio de la Emperatriz Kogyoku, como exhibición frente a los
enviados de la Corte de Corea.
Fue en el reinado del Emperador
Saga, que la práctica del Sumo fue establecida como Arte Marcial,
surgieron reglas y las técnicas del arte fueron pulidas y reguladas. La
formalización del Sumo permitió que se volviera popular ya que todos
pasaron a entender las reglas y técnicas del Arte, comenzaron entonces a
surgir grandes campeones que despertaban la admiración del público. En
la actualidad, en Japón; el Sumo es el deporte nacional y el más popular
entre los japoneses, ya que se cree que es una forma de mantener viva
la cultura ancestral japonesa. Japón es un país que conjuga
perfectamente la tradición con la alta tecnología, por lo que el Sumo no
es la excepción, se entrena tradicionalmente pero se utilizan los
últimos adelantos en la ciencia y la tecnología para aumentar el
rendimiento de los deportistas, nutrición, etc. Los luchadores de Sumo
son considerados héroes nacionales, admirados por hombres, mujeres y
niños. Miles de japoneses acuden a los estadios a presenciar los
combates, mientras varios miles más los siguen por la televisión. Los
grandes luchadores reciben el título de Yokozuna, que es vitalicio, sus
combates son los que cierran los torneos, y aunque pierdan nunca dejan
de ser Yokozuna. Pasan a ser leyendas del Sumo y ocupan un lugar
importante en la historia del Arte. Al ser un deporte regulado, el Sumo
no se puede practicar en cualquier lugar, por lo que los combates se
realizan en estadios preparados para acoger al público y a los
luchadores. Se practica en un círculo o ring de arena llamado "dotyo" de
unos cinco metros de diámetro, delimitado por una cuerda. Los sumotoris
lanzan sal en el ring como una forma de ritual que sirve para purificar
el lugar y alejar los malos espíritus. Además, en su ritual muestran
sus manos y brazos a su oponente y al público como forma de demostrar
que no portan armas. El Sumo es un Arte Marcial honorable, continúa con
el código de honor legado de los samurais, por lo que no se tolera la
falta de respeto, provocaciones y juego sucio con el adversario.
Cualquier tipo de conducta fuera de lugar es sancionada duramente, desde
la descalificación hasta la expulsión de las competencias de Sumo y
gimnasios de entrenamiento. Como todas las Arte Marciales japonesas, el
Sumo cuenta con etiquetas tradicionales y reglas dentro y fuera del
ring, los sumotoris son ejemplos y modelos de vida para los japoneses,
por lo que no pueden dar una mala imagen a la sociedad. Cada sumotori
pertenece a un gimnasio que se lo denomina heya en japonés, donde pasa a
vivir junto a otros sumotoris en un estilo de vida dedicado por
completo al Sumo, respetando y cumpliendo sus tradiciones. Tanto en los
entrenamientos como en las competencias, los sumotoris utilizan como
única vestimenta una especie de taparrabos de diversos colores
llamativos (naranja, violeta, rojo, etc.) y diseños, sujetado a la
cintura, que da varias vueltas de la misma; en combate se puede agarrar y
proyectar o levantar al adversario de la faja que rodea su cintura.
Este taparrabos es tradicional, cada uno tiene diferentes motivos y
colores que los hacen más vistosos, muchas veces con significados
históricos y ayudan a diferenciar a los sumotoris en un combate. El
peinado de los sumotoris, también es característico de acuerdo a las
categorías y al status del luchador, el cabello recogido y
cuidadosamente arreglado caracteriza a los de la clase Yokozuna,
mientras que el cabello rapado o corto se reserva a los principiantes.
Por estos motivos, en los torneos resaltan los Yokozuna por encima de
los demás; hasta el público inexperto puede diferenciar a los campeones
de los principiantes. Antes de cada temporada de competencias, se genera
una gran expectativa en todos los circuitos del Sumo, ya que los
premios son importantes y siempre surgen nuevas figuras de los torneos.
Los torneos duran quince días y se celebran seis veces al año, los
combates son muy intensos y duran poco, el desgaste de los luchadores es
muy grande, deben enfrentar a sus pares en una experiencia espartana en
la que solamente el más fuerte sobrevive. Las reglas del Sumo son
simples, para ganar un combate basta que uno de los luchadores saque el
dedo gordo del pie o el talón, o que toque con cualquier parte de su
cuerpo fuera de la plataforma. Cuando ambos luchadores caen fuera del
ring, el primero en tocar el suelo es el que pierde. Los combates duran,
en su mayoría no más de 30 segundos, si bien los luchadores tienen un
máximo de cinco minutos antes de ser detenidos y proceder a una prórroga
de cuatro minutos. Obviamente, esto no es usual y se da muy pocas veces
al año. Cuando dos sumotoris pasan a la prórroga después de completar
el tiempo reglamentario, el público reconoce la entrega de los
luchadores a su Arte, es una demostración de resistencia, fuerza de
voluntad y espíritu guerrero. Este Arte Marcial, no emplea armas, lo
único que se entrena es el cuerpo que termina convirtiéndose en un arma,
así como los samuráis se debatían en duelos de espadas de forma
honorable, en igualdad de condiciones, en el Sumo; el combate cuerpo a
cuerpo y desarmado es una forma justa de enfrentarse, un combate crucial
entre dos personas entrenadas y con una única meta, ganar. El Sumo no
cuenta con una gran variedad de técnicas en comparación con otras Artes
Marciales como por ejemplo el Karate, en Sumo se puede proyectar al
adversario, embestir, golpear con la mano abierta, etc., pero no está
permitido patear, usar los codos, rodillas, etc., aún así es una forma
de combate muy espectacular y la potencia que se genera en el choque de
dos sumotoris no se compara con ningún combate de otro Arte Marcial.
OZ
Artes Marciales del Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario